sábado, 23 de abril de 2011

Taaaaaaaaaaxiiiii!!!!!

Mi relación con la ciudad, este blog nació por una persona que hizo su proyecto de grado sobre la ciudad y la forma como nos relacionamos con ella. La verdad me llamó la atención formularme esa pregunta y por eso quise comenzar por dejar aquí documentadas parte de mi historias con esta ciudad.

Recorro la ciudad a diario, tengo un circuito bien establecido: Suba Compartir - Usaquen; Usaquen - Normandía y Normandía - Suba Compartir.

Este circuito lo hago empleando los siguientes medios de transporte: Colectivo, Taxi, Taxi o Colectivo.

Este circuito me toma: 1 hora y media casi 2 horas, 40 minutos y 30 minutos después de largo trancones por la Av. Suba, Calle 127 y 7ma; después de suplicar contar con suerte para conseguir un taxi desocupado y después de una larga espera o corto desespero en la Av. Boyacá.

A diario tengo que ver con los señores taxistas. Tengo una idea loca de documentar sus conversaciones y publicar un libro con ellas donde ellos puedan reconocerse pues incluiría un dato como la placa, el nombre o algún dato clave que ello pudieran descifrar al momento de leerlo. Creo además que sería un Best-seller sobretodo por la cantidad de taxistas que hay en Bogotá, aunque para eta época me he perdido de documentar varias historias interesantes por no haber iniciado este diario antes. Será que lo comprarían?... pero a la vez pienso en la piratería, a la fija este libro no sería la excepción, me imagino a los taxistas adquiriéndolo en lo semáforos a los mismos proveedores de los CD's de los últimos cañonazos bailables. Me imagino subiéndome a un taxi y viendo el libro en el asiento del copiloto, me imagino revelando mi identidad al taxista y autografiando el libro. Es muy chistoso, debe seer por la hora que ya me imagino todo esto. Pero creo que no es una mala idea, un poco exótica pero viable. Mi padre afirma que trabajo para los taxitas pues parte de mi sueldo lo gasto desplazándome en estos vehículos, yo en ocasiones también he afirmado lo mismo, pero no tengo otra alternativa para llegar a tiempo a mis clases nocturnas de idiomas. Mi madre en cambio dice que me encantaba montar en taxi desde pequeñita, que siempre decía un carro amarillito y que eso no ha cambiado en nada.
El caso es que aunque ellos no lo sepan, aquí tienen alguien que les agradece profundamente sus esfuerzos porque siempre hicieron u mejor esfuerzo por llevarme en el menor tiempo posible para cumplir con mis deberes académicos.

Como introducción contaré algunas historias de quienes no conservo ningún tipo de dato pero si hubo algo que me marcó o por lo que los recuerdo.

Mi recorrido lo hago principalmente desde la Cra. 9na con Calle 113 hasta la Universidad Libre en la Sede del Bosque Popular al lado del Jardín Botánico. Debo decir que después de tomar taxi todos lo días por casi 8 meses estoy en el derecho de afirmar que las emisoras más escuchadas por ellos son la Luciérnaga y Cándela.

1. Multa en el cruce de la Calle 94 con Cra. 30.
2. Julio - Julian.
3. Padre e Hijo en Suba Compartir.
4. Un regaño gratis.
5. Una experiencia que es mejor solo contarla.

martes, 11 de enero de 2011

Ha sido un día de muchas miradas, sorpresas, despampanados y coqueteria.

Con tiempo, con tiempo me gusta caminar por la ciudad, incluso me gusta dejarle ver a la ciudad mi rostro cansado tras una jornada laboral que aunque ni larga ni agotadora es culpada de mantenerme con ojeras pero la verdad es que mi organismo no puede deternerse antes de la media noche.

Hoy como pocas veces me ha sucedido, me sentí un poco incómoda con un individuo que estaba parado casi enfrente de mi en el fuelle de un transmilenio C29. Fue un recorrido de mucha inquietud, hubo un trayecto de tráfico, enseñanzas breves y sonrisas que no pudieron escapar a las miradas. Ahora que lo pienso, pude simplemente haber cambiado de costado en el fuelle, me hubiera hecho justo al lado de él para que le costara un poco de mas trabajo mantener la mirada sobre mi, en ese caso hubiesemos estado en igualdad de condiciones porque ambos estaríamos incómodos de alguna manera: yo con la mirada encima y él con el cuello inclinado y creería que con la verguenza de que sintiera que me estaba acosando con la mirada.

Mis tacones que aunque bajos siempre terminan matándome los pies y las rodillas estaban oxidadas de mantener la misma posición de pie. Busqué entretenimiento y distracción en el libro que empezaba a leer la muchacha que había decidido sentarse en el piso del fuelle, yo menos afortunada tuve que permanecer de pie todo el camino. Pero para mi pesar hay quienes pierden el interés por la lectura antes que yo, tan solo leyó unas líneas y cuándo empezó la verdadera historia decidió remitirse a la reseña del autor y de la obra que aparecen en la mayoría de los libros en la carátula de atrás, entonces tuve que levantar la mirada y tomar consciencia de que no habíamos avanzado casi nada. Sin embargo, sentía una mirada... puede que varias... en momentos como esos agotamos los rostros de los que nos rodean, reparamos en los detalles, los ojos, el color del cabello, el atuendo, las malas combinaciones, los ojos demasiado redondos, los que tratan de dormir de pie, los que permanecen todo el recorrido con el aparato celular en la mano, los que escuchan música, los que cantan... de todo un poco y en este caso, yo trataba de reparar en todo en cuanto mi corta atención me permitía porque incluso cuando necesito observar no observo, simplemente arrastro la mirada y aunque aparente mirar todo en realidad no veo nada porque necesito tomarme mi tiempo, sentir la necesidad de concentrarme en algo y eso era lo que me esta sucediendo, el peso de la mirada de ese extraño generaba en mi cada vez más la necesidad de encontrar algo en qué concentrarme, que llamara mi atención sinceramente, que no se viera fingido porque entonces él sabria que mi aparente desatención era una completa atención. Cuando la muchacha cerró el libro no sólo me privó de un nuevo conocimiento sino de la oportunidad de que mi inquisidor perdiera protagonismo en el recorrido.

Finalmente, no me quedó mas remedio que sonreir. Ahí estaba yo, nuevamente intimidada, incómoda, con un rostro que decía... no me queda mas remedio que mirarte y ver qué es lo que me quieres decir con tu mirada. Y finalmente lo hiciste... tu mirada queria decir: Tienes unos ojos muy bonitos!

Para sorpresa nuestra, vivimos en el mismo barrio, en la misma etapa, hace aproximadamente el mismo tiempo, soy contadora, te gusta la contabilidad, me encanta viajar, viajas porque tu trabajo te lo exige y para fortuna tuya también lo disfrutas. Sin querer queriendo tienes una amiga aquí pues pareces ser una buena persona y por algo Dios nos puso en el camino al punto de hacer lo posible porque no se perdiera el contacto.

Att:
Ariadna Guzmán

sábado, 23 de octubre de 2010

Bueno, el propósito de este blog es hablar de la ciudad y mi relación con ella. En la ciudad me muevo en bus y en taxi principalmente. Hoy tomé un taxi para llegar a tiempo a la U. a mi clase de 7 am. El taxista insistía en buscar una emisora. Se esforzaba por encontrar algo, no se si intentaba darme gusto o darse gusto. El caso fue que, de repente nos encontrábamos escuchando propagandas. Yo le dije: Sr. no me diga que en realidad estamos escuchando eso!. Casi todo el recorrido no sonó sino eso, propagandas, ruido! Además que llevaba su radio taxi a igual volumen. Dan ganas de ordenarle que apague todo eso pero NO, sé que no lo haría de la mejor manera así que mejor me limito a ansiar llegar rápido y a tiempo. Por lo menos llegué antes que la profe!

sábado, 29 de mayo de 2010

Como Barbara Blade en el Transmilenio

Febrero 25 de 2010

A medida que me acerco a la forma a la que el común de las personas se ha adaptado a vivir debido a que hay cosas que se salen de nuestras manos. Afortunadamente de esas cosas se escapan la toma de decisiones. Últimamente he optado por tomar Transmilenio de la casa al trabajo: camino desde mi casa hasta el portal 30 min y una vez en el portal tomo la ruta H17 para que me deje en la estación de la Calle 72. Me causaba cierta curiosidad saber la razón por la cual mi madre habla con tanto odio y fastidio de su trajín diario y odisea para llegar a la oficina, en especial en el trayecto que al Transmilenio corresponde. Y no podía evitar reirme al darme cuenta que hasta ahora comprendía lo aplicable que era la propaganda de Lady Speed Stick cuya estralla es la famosa Barbara Blade. Hasta me dieron ganas de cambiar mi Rexona Bamboo, en verdad me llegue a sentir identificada. Cada vez que miraba la propaganda pensaba que era una exageración ... su nariz como dardo éxitoso en el centro de la diana por no decir que el man con toda la cara en el centro de la axila de la vieja. En el Transmilenio los más aventajados son los altos, a quienes no se les debiera permitir entrar al sistema sin haber usado desodorante y muchos menos correr dentro del sistema, me recuerda tanto la propaganda de Axe cuando el tipo alzaba el brazo y salía un chorro con presión y lavaba a la novia cuando le iba a pasar el brazo por encima ... que desagradable y hasta chistoso. Los bajitos siempre llevan las de perder si no es que les toca alguien con un golpe de ala fuerte mínimo a la espalda tienen a alguien con el trasero a un mayor nivel que deben soportar en su espalda. Por mi parte mis brazos parecían las manecillas de un reloj, iban rotando en la medida en que las personas se iban acomodando a mi alrededor, alcancé a dar como 3 horas.

Y las mujeres ya perdieron todo el pudor por lo menos con las de su mismo género. Se lo hicieran a un hombre, ellos contentos y ellas haciendo show. Mé toco tolerar la voluptuosidad de una nena en mi espalda durante todo el trayecto. Yo porque no se de brasieres mucho pero de otra hasta le hubiera podido hacer el diagnóstico del la talla y la copa.

Ese mismo día iba un señor con pinta de francés no por su olor ni su forma de hablar sino por su cara y contextura. Iba con su hija y muy posiblemente con su esposa. Toda la familia era una prueba de tolerancia en su máxima expresión sobretodo teniendo en cuenta el contexto de que no habían buses próximos a llegar por un anunció a través del altavoz de unos operativos de tránsito en la Calle 100. Por qué tenemos que soportar la gente que no asume la responsabilidad de sus actos con madurez? Al principio dije que afortunadamente todos estamos en la capacidad y en el derecho de decirdir. Eso incluye escoger el medio de transporte y la ruta para ir a cualquier destino que necesitemos. Y si fue tan demalas de escoger Transmilenio pues sea machito y aguántese. No nos crea tan ingenuos de pensar que no sabía a lo que se iba a enfrentar. Un exceso de cariños intencionados o por simple inercia de desconocidos enfermos o pasivos que sí decidieron tomar Transmilenio. La quejadera de la gente por lo menos en Transmilenio no soluciona nada y por el contrario si nos recuerda que estamos pasando un muy mal rato o que esta próximo. La tolerancia no es resignación y conformismo, la tolerancia es aprender a aceptar las cosas y las personas como son, la vida como viene, resistir hasta cuando nos merezcamos algo diferente o logremos ahorrar para mejorar nuestras condiciones de vida lejos del mundo.
Por ahora, por amor a mi prójimo usuario del Transmilenio procuraré no olvidar ponerme desodorante para dejar que disfruten de un viaje placentero con aroma de Bamboo, el cual me acompaña desde que estoy en el colegio.

Ariadna Guzmán